
Ayer abandoné mi casa paterna, en silencio...
y esos ojos inmensos me hicieron jurarles no volver.
Hoy no les temo a ellos, o a su enormidad o a su hermosura,
sino al silencio que ayer les dejé.
y esos ojos inmensos me hicieron jurarles no volver.
Hoy no les temo a ellos, o a su enormidad o a su hermosura,
sino al silencio que ayer les dejé.